Reconozco que siempre me gustó este juego. Y la verdad sea dicha esta es la tercera vez que me lo juego. Algo que no parece ser muy extraño, pues incluso ha llegado ha convertirse en un deporte nacional en algún que otro país (panda de freaks despendolados de ojos rasgados). Pero en mi caso, a pesar de reconocer mi condición freak, no llego hasta ese punto, por lo que es raro (podrían decirse que se pueden contar con los dedos de una mano) que yo me juegue un videojuego más de dos veces en el mejor de los casos. En este caso ha habido dos razones que han influido en la decisión de volvérmelo a jugar. La primera añoranza por una de las historias más atractivas e interesantes que se han desarrollado para un videojuego en las últimas décadas. La segunda es que por casualidades del destino he logrado hacerme con una copia del StarCraft II (a un precio excepcional, que no diré para que la gente no piense que estoy como una regadera o tengo la suerte del diablo)