Ground Control y Dark Conspiracy, En los albores de los juegos en 3D este demostró ser uno de los precursores de la mejor estrategia en tiempo real
Otro “nuevo” juego que he tenido el placer de jugar y
terminármelo. Si no recuerdo mal, este es uno de los primeros juegos que en el
que por primera vez se nos planteaba un entorno completamente en tres
dimensiones donde se pueden apreciar las ventajas y desventajas del terreno.
Junto con el hecho de que podíamos apreciar todo el campo de batalla en su
formación física aunque sin poder ver quien lo ocupaba.
La experiencia ha sido verdaderamente buena, a pesar de tratarse de un juego con más de once años de antigüedad, realmente sigue cumpliendo con su objetivo que es mantenernos pegados a la pantalla fase tras fase. Esto junto con un guion realmente entretenido son una combinación maravillosa para hacer de él uno de los mejores juegos de estrategia en tiempo real.
Pero antes empezaré explicando las impresiones que este juego me han ocasionado. Si bien es cierto que actualmente podría decir que no aporta nada original al género, eso no es aplicable teniendo en cuenta de que Ground Control es uno de los precursores y por ello lo he jugado con la mentalidad de aquellos años (en todo lo posible, claro está). Realmente me ha mantenido pegado a la historia, y a pesar de saber que los primeros pasos en el juego plantean una historia bastante insulsa que solo son un previo para realmente introducirnos en un argumento mucho más trabajado y con un desenlace realmente sorprendente. Algo que cualquiera vislumbra sabiendo que se trata de uno de los mejores juegos de estrategia en tiempo real de aquellos años.
La historia es buena, eso ya ha quedado claro. Pero la jugabilidad también es algo impresionante, acostumbrados como estábamos a que poco importaba en los juegos de estrategia la posición de las unidades o si los ataques llegan desde delante o desde atrás, nos encontramos que Ground Control implementa todos estos factores y algunos nuevos, como por ejemplo deja de lado el concepto de recolección de recursos y nos introduce directamente en misiones militares donde solo podemos contar con las unidades que hayamos decidido poner en el tablero de juego. Algo que a pesar del tiempo transcurrido sigue sin aplicarse en muchos juegos de estrategia.
Si, a medida que vas jugando descubres que las unidades más
pesadas son las reinas del campo de batalla. Pero si no están apoyadas por
alguna unidad que pueda acabar con la superioridad aérea o la ayuda de la
artillería para destruir torres de defensa con armamento capaz de reducir a
chatarra cualquier cosa que se ponga a tiro, realmente esos flamantes tanques
pesados pueden resultar completamente inútiles. Incluso en algunas misiones he
visto como unidades insignificante chafa-hormigas (infantería para los puristas) puede dejar hecho cisco una unidad
blindada si logra colocarse en la retaguardia de la misma.
Por supuesto, otro de las cuestiones que me ha sorprendido
es que si logras tener la superioridad aérea puedes realmente acabar con tu
enemigo en pocos minutos, esto, junto con el hecho de que cada misión puede
decidir afrontarla como más te convenga abre un marco de posibilidades
extraordinarias. En cada misión tienes la posibilidad de plantearla como mejor
se adapte a tu forma de juego o por el contrario verte obligado a tener que
recurrir a unidades que creías desechadas por el mero hecho de que las unidades
más fuertes son demasiado lentas y torpes para poder cumplir los objetivos a
tiempo.
Como ya he dicho, tanto las desprestigiadas tropas de
infantería como las débiles unidades de exploración pueden resultar
determinantes para finalizar con éxito la misión, así que en Ground Control, la
estrategia de utilizar siempre las unidades más gordas queda descartada, aunque
a veces sigue funcionando.
Aunque ya es generalizado en los juegos de estrategia en
tiempo real que cada unidad es débil contra una opuesta en el bando contrario.
Aquí me ha gustado que todas las unidades sean sensibles de ser derrotadas por
cualquiera de las unidades contrarias. Si bien es cierto que resulta claramente
un suicidio mandar una unidad de infantería a destruir una unidad de tanques
pesados, pero si no te queda más remedio o decides que su sacrificio es
factible si con ello logras dejar a los tanques bien tocados para que tus
tanques ligeros puedan rematarlos sin sufrir mucho daño puede ser una opción
aceptable.
Es decir, a pesar de que al principio de cada misión se nos van planteando los objetivos y nos dan una idea de que oposición podremos encontrar en el campo de batalla. Esto no significa que si nuestra decisión no es acertada a la hora de escoger las unidades que desembarcaremos, tengamos que dar la historia por perdida.
El juego también va premiando la supervivencia de las
unidades misión tras misión. Aunque este factor no lo he apreciado en exceso,
si que es cierto que he tratado de hacer que mis unidades regresen vivas, pero
no he notado una mejora real en la precisión, eficiencia o resistencia de las
unidades supervivientes. Llegando incluso a pensar que realmente lo único que
premia el hecho de que tus tropas sobrevivan es que reciben medallas por buen trabajo
y que no van acumulándose en el historial de unidades muertas.
El argumento del juego es realmente interesante, siempre y cuando tengamos en mente que se trata de un juego de estrategia. La historia nos plantea un futuro bastante lejano donde los humanos tras llegar casi a la autoaniqulación después de una guerra nuclear, deciden elevar sus ambiciones hacia las estrellas. El orden mundial como hoy lo conocemos ya no existe, las fronteras han desaparecido y el planeta enteros se ha convertido en una única nación. El problema es que dentro de esta nación han surgido nuevas potencias las cuales no parecen llevarse muy bien. Por un lado tenemos a la Orden del Nuevo Amanecer, digamos que en ella se recogen todos los valores de las múltiples religiones de la tierra y se aplican a una nueva era donde el hombre solo tiene como límite el universo. Por otro lado, esta el poder económico, o lo que podríamos llamar Megacorporaciones, las cuales han extendido sus garras de intereses económicos hacia las estrellas. Por supuesto tanto unos como otros tienen sus propios interese y no ven con buenos ojos que los demás interfieran así que a pesar de tratarse de un lugar tan infinito como parece ser el universo, el ser humano se las ha apañado para llevar su ambición desmedida al espacio.
De esta manera la historia nos lleva a un planeta pedido de la mano de dios llamado Krig-7B, donde se ha dado la casualidad que la Corporación Crayven y la Orden del Nuevo Amanecer ven sus intereses comprometidos por el control de dicha roca. Lo que en un principio parece una mera rencilla por controlar otro planeta insignificante, va dando paso a una verdadera conspiración donde intervienen factores que jamás hubiésemos esperado.
El juego nos plantea dos campañas distintas que se continúan la una a la otra. Al contrario que en otros juegos, en Ground Control no tenemos posibilidad de escoger bando. Empezamos tomando el control de las unidades de Crayven, bajo la piel de la Comandante Sarah Parker. Con ella iremos poco a poco descubriendo que las cosas no son como parecen y que tenemos enemigos en todos lados. Tras acabar la campaña de Crayven se nos da la oportunidad de continuar la historia junto con la Orden del Nuevo Amanecer y tener el control del Diacono Jarred Stone, en la que finalmente descubriremos todo lo que esta sucediendo en Krig-7B. Incluso la historia tiene cabida para un romance de guerra.
A parte de la historia de cada una de las campañas, las diferencias entre ambas fuerzas de combate son realmente grandes, cada bando cuenta con un tipo de tecnología diferente a la que tendremos que adaptarnos, pues al principio controlaremos las lentas y pesadas fuerzas de Crayven. Las ventajas de esta maquinaria bélica son una elevada resistencia y ciertas unidades con gran potencia de fuego. Pero por desgracia su capacidad de movimiento es realmente reducida, con lo que tendremos que tener cuidado con las emboscadas pues nuestras unidades no reaccionan muy rápido y la opción de retirada normalmente no es algo posible debido a nuestra baja velocidad. La tecnología Crayven se basa en armas balísticas y en propulsión por orugas llamados Terradynes. Por lo que tenemos maquinaria lenta y con limitaciones elevadas por los accidentes del terreno, de baja potencia de daño y alta cadencia de disparo.
Cuando asumimos el mando de las fuerzas de los amanecidos, nuestro juego debe de ser completamente diferente. Las maquinaria amanecida tiene como ventaja contar con una potencia de fuego abrumadora y una velocidad de movimiento muy superior, pero por el contrario la velocidad de disparo es bastante menor y la resistencia de las unidades deja bastante que desear (incluso hablando de los hoverdyne pesados). Nuestras unidades se mueven por medio de aerodeslizadores llamados hoverdynes, con lo que se desplazan más rápido y no se ven tan afectados por los accidentes del terreno. El armamento se basa en armas de energía con una elevada capacidad de causar daño al enemigo pero con una cadencia de disparo bastante reducida.
Como se puede apreciar, cada una de las potencias en lid tienen sus pros y sus contras (como en “casi” todos los juegos de este género) y exigirán de nosotros que adaptemos nuestra forma de juego a los recursos disponibles.
Se trata de la ampliación al Ground Control, la historia continua desde el punto en el que se
queda el final del juego original. En ella descubriremos que tras los sucesos
acaecidos en Ground Control se
esconde la tenebrosa mano de poderes en la sombra que conspiran por hacerse con
el control de todo lo que se haya en Krig-7B
(y hasta aquí puedo escribir).
Como buena ampliación a parte de continuar la historia,
también nos da la posibilidad de hacernos cargo de una nueva facción que se une
a la contienda. En este caso se trata de unos mercenarios que por causas del
destino se ven involucrados en este conflicto.
Como potencia militar realmente descubriremos que no son precisamente los más efectivos. Realmente tecnológicamente son bastante más mediocres que los amanecidos o los Crayven. Esto es un hándicap bastante grande si tenemos en cuenta que nuestros enemigos son estos y además cuentan con el añadido de unas nuevas unidades que, por supuesto, vienen a reforzar sus ya potentes ejércitos.
La debilidad armamentística de nuestra nueva facción no sería ningún problema si jugásemos a la ampliación unos meses después de haber jugado al juego original. Pues notaríamos que son más débiles pero no tendríamos el problema de estar acostumbrados al manejo de ejércitos más poderosos. Pero como yo he jugado uno tras el otro he sufrido los problemas de aclimatación a una nueva estrategia de juego viendo como mis nuevos soldados son literalmente aplastados si los lanzo de frente contra mis enemigos.
Otra de las novedades de esta ampliación es el hecho de que
salimos de Krig para viajar a otros
planetas donde encontraremos diferentes tipos de terrenos de combate. E incluso
tendremos misiones de infiltración donde pequeñas unidades de soldados deberán
recorrer todo el mapa sin ser descubiertos para poder lograr un determinado
objetivo. En lo que se refiere a los escenarios, realmente no es que hay muchos
nuevos campos de batalla o nuevos terrenos, la verdad es que salvo un entorno
lunar, y quizás alguna que otra región urbana donde los edificios pueden
obstaculizar la línea de tiro, no se aprecian nuevas mejoras. Realmente Dark Conspiracy no añade mas que una
nueva facción y amplia considerablemente la historia, pues en la decena de
misiones nuevas se amplia el argumento muchísimo más que en todo lo acontecido
en el juego original.
Ahora llega el momento de dar paso a las trampas, o siendo
políticamente correcto a los códigos de ayuda.
El juego no cuenta con muchas posibilidades en este aspecto, si tiene alguna que otra posibilidad bastante interesante:
Para poder introducir los códigos es necesario que en la pantalla del menú principal pulsemos a la vez las teclas M, S y V. Entonces se abrirá una nueva ventana en la que podremos proceder a introducir cualquiera de los siguientes códigos:Console: Nos permite el acceso a la consola de comandos pulsando la tecla (º).God: Activa el modo invulnerabilidad de todas tus unidades.Notgod: Desactiva el modo invulnerabilidad de todas tus unidades.Gimme Maps: Nos permite acceder a todas las misiones de la campaña desde la opción partidas personalizadas.Flashlight: El interface gráfico pasa a su diseño flashlight donde el puntero se convierte en una luz.From Massive With Love: Modifica las texturas de las unidades.The New Generation of RTS-Games: Nos permite jugar a la misión secreta “Sabotage” desde la opción partidas personalizadas.
En definitiva y procediendo a dar mi conclusión final, Ground Control y su ampliación son
realmente interesantes, es cierto que al tratarse de uno de los primeros juegos
de estrategia en un entorno completamente en tres dimensiones, no muestra una
gran espectacularidad en los gráficos generales, aunque las unidades están bien
detalladas y realmente los efectos de luz, explosiones y sonoros son muy
logrados. El diseño de los escenarios podríamos considerarlos más o menos
correctos (siempre mirándolos desde
nuestra ventajosa posición de a toro pasado). Pero para el año en que salió
eran todo un espectáculo de innovación y grafismo. Destacar cosas como las
sombras de las nubes sobre el terreno o el hecho de que desaparece la
conocidísima niebla de batalla para sustituirse por el efecto distancia.
El juego me ha gustado bastante. Sé que decir esto hablando
de uno de los grandes juegos de su año y alabado por las críticas de todas las
revistas especializadas de aquel momento, parece que simplemente me limite a
repetir lo ya dicho. Pero la experiencia me ha demostrado que no siempre tienen
razón, y muchas veces sus análisis se ven influenciados por la presión de las compañías.
Aunque esta vez reconozco que coincido con todos ellos.
El juego es bueno, incluso tras el paso de más de una década
a su espalda. Gráficamente es impresionante y la historia resulta de lo más
atractiva. La jugabilidad es extraordinaria, permite el uso de estrategias de
todo tipo y el hecho de que el terreno afecte al combate era toda una novedad
con respecto a lo que en aquellos momentos había a disposición de los
jugadores.
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