Por desgracia me veo obligado a tener que aceptar que me
encuentro ante el otro juego que no ha logrado una gran impresión en mi. Bueno
la verdad es que si que me ha gustado (aunque
no mucho) pero se me ha quedado bastante decepcionado.
Antes debo aclarar que yo siempre he sido un fan de todo el
universo Battletech, debido
especialmente a mi afición desmedida por el manga y el anime de robots.
Realmente todo empezó cuando tuve la increíble oportunidad de disfrutar de la
serie Robotech. O lo que es lo
mismo, la reconversión del señor Carl
Macek de las series Super
Dimensional Fortress Macross, Super
Dimensional Cavalry Southern Cross y Genesis
Climber Mosspeada. Aunque realmente solo Macross logró impresionarme lo suficiente. Quedé absolutamente
enamorado de aquellos robots que se transformaban en cazas y de las
impresionantes batallas en las calles de ciudades y en el espacio. Por supuesto
por aquella época no sabia de la existencia de otras series como MS Gundam, Megazone 23, Gunbuster u
otras muchas series de este tipo de género donde el robot no era la parte
importante de la serie sino las personas que los pilotaban. Por aquellos años,
en España muy pocas personas tenían acceso al mercado extranjero, por lo que
conocer qué series de anime o manga era casi imposible. Y por supuesto,
internet cuando en sus principios llegó a nuestra tierra no estaba al alcance
de todos.
El hecho es que tuve la suerte de encontrar en el mercado de
los juegos de mesa, un extraordinario juego de estrategia en el que se
utilizaban los diseños de los robots que había visto en Macross. Se trataba de Battletech
una serie de juegos de mesa, en la que recreaba un mundo futuro más o menos por
el siglo XXX, donde el ser humano se había extendido por la galaxia colonizando
innumerables mundos. Pero que tras una edad dorada donde todos los mundos
convivieron en paz y en armonía bajo una república (a que me sonará) esta se ha fraccionado en cinco potencias que han
reducido la república a una parodia donde los gobiernos han decaído hasta
convertirse en señores feudales que dominan al pueblo gracias a las armas. Y
estas armas son los battlemechs o lo que es lo mismo robots gigantes con una
capacidad armamentística tan abrumadora que uno solo de estos monstruos puede
reducir a escombros toda una ciudad en pocos días. Y a los pilotos de estos
monstruos se les conoce por mechwarrios, de ahí el nombre de la saga de
videojuegos.
Por supuesto, los cinco señores sueñan con volver a
reconstruir la antigua república (esto me
sigue sonando a algo), aunque a su propio modo y siendo ellos los que
manden por lo que el universo se ve abocado a una terrible guerra civil que ha
durado ya más de un siglo, con lo que de la edad dorada apenas queda ya nada.
Para ser exactos, el juego original nos cuenta que tras todo este tiempo de
guerras muchos mundos han visto reducido su nivel tecnológico al equivalente al
XX. E incluso algunos a siglos anteriores. Adicionalmente, se ha perdido muchos
avances tecnológicos, como la construcción de battlemech, por lo que ahora las
guerras no son solo por el control de los planetas sino para hacerse con las
migajas tecnológicas de sus enemigos. Es decir estamos ante una historia donde
la guerra domina el universo y donde los combatientes luchan con restos de
armas que no pueden construir. Además se han creado castas de nobles que miden
su poder por él número de battlemech que tienen bajo su control. De tal modo,
que muchos mechwarriors prefieren morir con su máquina antes de sufrir el
deshonor de tener que vivir sin su battlemech.
Pues esto es a grandes rasgos lo que sería el universo Battletech y donde se desarrollan los
videojuegos de la saga Mechwarrior.
En este caso Mechwarrior 4 Vengeance
es el último que vio la luz de la saga y por desgracia a mi parecer es el más
soso de todos. Quizás se deba a que el argumento del juego es realmente
decepcionante, pues nos pone en la piel de un joven que vuelve a casa debido a
que en su planeta natal ha habido una invasión y ha sido ocupado por la casa Steiner, una de las cinco facciones que
dominan el universo. Este joven es la oveja negra de la casa regente del
planeta y gracias a uno de los pocos supervivientes de su familia es traído de
vuelta para que libere el planeta y tome posesión del trono.
Nosotros asumimos la posición de este joven y nos veremos
obligados a tener que luchar para liberar a nuestro planeta del yugo invasor,
para ello tendremos que ir cumpliendo misiones donde a los mandos de un battlemech
iremos reconquistando territorios, asaltando bases o simplemente liberando
prisioneros para lograr liberar el planeta.
Esto estaría muy bien si hablásemos del primer videojuego de
una saga o un juego único sin más pretensiones. Pero estamos hablando del
último de una saga de videojuegos, que por desgracia, todos han basado su línea
argumental en lo mismo, liberar un único planeta de la fuerza opositora.
Tratándose de un juego basado en un mundo con trata
profundidad y con tantas posibilidades hace que Mechwarrior 4 Vengeance resulte verdaderamente decepcionantes, pues
al simplificar tanto la historia nos deja ante lo que posiblemente sea la
versión menos ambiciosa de la saga. Incluso juegos anteriores cuentan con
historias mucho más llamativas. Por lo
que es una pena que pudiendo hacer una historia interesante y atractiva, se
limite al recurso tan manido como: Chico bueno, que pierde su familia, vuelve
para vengarse y aplastar (en este caso
literalmente) a los asesinos de esta. Que no digo que haya juegos que con
una base similar que sean verdaderas joyas (por
ejemplo Max Paine) pero este no
es el caso.
Parece que al tratarse de un juego de robots, se ha dejado
de lado la historia para centrarse en la batallas de mechs, algo que realmente
resulta espectacular, siempre y cuando mantengamos la visión de hace once años.
Pero vayamos por partes, el diseño de los mechs esta muy
logrado, incluso en algunos casos resultan bastante espectaculares. Los efectos
de los disparos, láseres, los misiles y las estelas que dejan a su paso son
realmente impresionantes y hacen que sientas su poder destructivo. Resulta
extremadamente espectacular ver como un enemigo es machacado por el fuego de
nuestros mech mientras se bambolea de lado a lado cada vez que sufre un
impacto.
Pero por desgracia hasta aquí lo bueno, los escenarios son
realmente sosos. Si bien tengo que reconocer que el tamaño de los mismos es
inmenso, algo necesario teniendo en cuenta el tamaño de las máquinas que
pilotamos. La carencia de objetos, edificaciones, vegetación o desniveles es
tan grande que reduce los escenarios a un erial desolador y elimina casi
completamente factores de cobertura o falta de visión haciendo apenas tengan
relevancia en el juego. La mayoría de entornos son lugares desérticos o estepas
nevadas, pues cuando luchamos en entornos boscosos o pantanosos, simplemente
son el mismo escenario al que le han cambiado el color de las texturas. Se
echan de menos verdaderos bosques con inmensos arboles, o lugares realmente
accidentados como valles, cañones o cuevas donde apenas haya visibilidad. Pues
al tratar escenarios tan amplios, el uso de las armas pequeñas pierde todo su
sentido. Solo en las contadas misiones que tienen lugar en entornos urbanos,
son los únicos momentos donde puede sacársele partido a las armas de corto
alcance.
Si bien es cierto que el sistema de jugabilidad ha mejorado,
con respecto a versiones anteriores. Principalmente en el uso y precisión de
las armas. Sigue teniendo los mismos problemas de siempre, los mechs se atascan
fácilmente en obstáculos absurdos, mientras que en otros momentos, son capaces
de superar pendientes aparentemente imposibles. La cosa se complica cuando
entramos en las ciudades, que nos obligan a tener que girar como si llevásemos
camiones de dieciocho ruedas, o de lo contrario podemos quedar atascados en la
esquina de cualquier edificio, quedando enganchados sin razón alguna.
En la cuestión de la destrucción del entorno, mientras nos
encontramos en terrenos abiertos, las pocas edificaciones pueden ser derruidas
a base de disparos o por el mero hecho de atravesarlas. Pero por desgracias
cuando llegamos a las ciudades esa posibilidad queda completamente descartada
por lo que los edificios se convierten en verdaderos obstáculos capaces tanto
de soportar el fuego como dejarnos atascados en cualquiera de sus esquinas.
Los efectos de luces de los láseres, o del entorno están muy
bien. Las luchas nocturnas son realmente complicadas debido a la falta de
visibilidad. También hay algunos escenarios donde el la niebla o las tormentas
de arena hacen que disparar a largas distancias sea algo complicadillo. También
está el hecho de la niebla de distancia que impide localizar a los adversarios
y tampoco nos permite ver muy lejos en el horizonte, algo que no seria
detectable si no fuese porque contamos con una amplificador de imagen que nos
permite ver a largas distancias y resulta algo frustrante comprobar que nuestro
adversario simplemente ha desaparecidos al introducirse en dicha niebla.
Otro de los grandes problemas del juego es la inteligencia
artificial, tanto de tus adversarios como de tus compañeros, por un lado el
enemigo suele centrar todo su fuego sobre ti, a salvo que tengas la suficiente
paciencia como para dejar que vayan primero tus compañeros de lanza, entonces
el ordenador decide repartir leches de manera equitativa y es entonces cuando
puedes luchar con cierta comodidad. Es recomendable no dejar a tus compañeros
atrás, ni tampoco dejarlos solos, pues lo primero significará convertirte en la
diana de todo enemigo que salga a vuestro encuentro, lo segundo es que si dejas
solos a tus compañeros, estos tienen la desagradable costumbre de destrozar sus
mechs o lo que es peor quedarse quietos sin hacer nada en absoluto.
Por último esta el asuntillo del doblaje; el juego se
encuentra perfectamente doblado al español neutro. Algo a lo que es muy
aficionado la casa Microsoft, pues así trata de llegar al mercado sudamericano,
pero este mismo hecho hace que se cierre el mercado español. Además de que la
interpretación de los actores de doblaje deja bastante que desear, y en algunos
momento parecen meros monigotes robóticos leyendo líneas de texto. Otra es que
no estamos acostumbrados al peculiar acento del español neutro y junto con el uso
de alguna que otra palabra que a nuestros oídos puede resultar bastante
descolocada e incluso algo irrisorias crea una barrera bastante infranqueable a
la hora de identificarnos con el protagonista.
Ahora llega el momento de las trampillas, personalmente no
creo que sean necesarias, pues el juego no es extremadamente complicado, y en
los niveles de dificultad más elevada simplemente significa aumentar el número
de enemigos y el tonelaje de los mechs a los que te enfrentas. Y encima el
propio juego nos permite activar opciones como invulnerabilidad, desactivar
factor calor y munición ilimitada. Pero como sé que a más de uno le frustra
tener que repetir una y otra vez las misiones aquí os pongo las trampas para
que no sufráis mucho.
Mientras juegas mantén pulsado las teclas “Control”+”Alt”+”Shift” y a continuación escribe:
ML: Ganar Misión.
IB: Elimina Enemigo.
HF: Inrastreable.
UO: Munición Ilimitada.
IY: Invulnerabilidad.
Solo las dos letras en negrita.
En definitiva, el juego no esta mal si lo miras como un
juego de batallas entre robots, pero si lo que estás buscando es un juego
basado en el mundo Battletech,
lamentablemente te deja despagado. La historia carece de trascendencia alguna.
Pues no afecta para nada al universo Battletech.
Esto no sería un gran problema si a pesar de todo la historia tuviese una trama
realmente atractiva, pero todo lo que va aconteciendo es previsible y sin
ninguna gracia. Lo único que puede sorprenderte es que tiene dos finales, los
cuales dependerán de tu decisión en penúltima misión, cuando deberás escoger
salvar a tu hermana o decantarte por acceder al armamento personal de tu padre.
La diferencia entre ambos finales es apenas apreciable y ambos dan el mismo
resultado pero con ciertos matices sobre las personas que están presentes en
dicho final. Por lo demás el juego, como ya digo, es bastante lineal y anodino.
Aunque gráficamente sea una alegría para la vista, la
cantidad de territorio vacío, la monotonía de los escenarios y la pobre
inteligencia artificial hace que el juego nos de una de cal y unas cuantas
paletadas de arena. Aunque para cualquier aficionado estos defectos no
significarán que el juego sea malo, para los que teníamos ciertas esperanzas e
ilusiones de un juego basado en un mundo tan interesante, se quedarán cortas y
resultarán algo decepcionantes. Es decir me ha gustado, pero no ha logrado
entusiasmarme y lo más seguro es que no vuelva a jugármelo en mucho tiempo o
quizás nunca.
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